La historia de este cuadro es curiosa. Durante meses tenía en mente pintar un cuadro de dimensiones importantes cuyo motivo principal fuese un huevo.

Le dí vueltas y vueltas, pero no encontraba el punto de inicio.

Una mañana, nada más poner un pie en la calle, me cayó una piña de un alto pino, produciéndome una herida en la cabeza que me llevó a urgencias y supuso 7 puntos de sutura.

Esa misma noche, me desperté a las 3 de la madrugada y estuve pintando hasta que amaneció.

El resultado fue el cuador que véis aquí.



Explosión



Claustro Atardecer enigmático